lunes, 18 de diciembre de 2017

Capítulo 9 de "The Shadow"

CAPÍTULO 9

Había pasado ya una semana desde que comenzaran a salir Kevin y Paulova y ser novios oficiales y más o menos desde ese momento, Eristof comenzó a descuidar su trabajo. Aquel día se cumplían ya 4 días sin aparecer por allí. ¿Qué le pasaba? Mientras tanto, Kevin seguía trabajando en los proyectos que se repartían entre los compañeros y él.


No tener a Eristof por allí era mejor porque todos estaban más relajados, no había tanta presión y Kevin no tenía que verle la cara ni sentirse violento por los comentarios o las actitudes de su jefe.


Las continuas faltas de Eristof llegaron a oídos de Vladimir, que se puso manos a la obra para intentar averiguar qué le pasaba. Pero ni contestaba llamadas, ni WhatsApps ni e-mails.


Innatamente, Kevin comenzó a liderar el departamento de programación. Cogía las llamadas, repartía las tareas, creaba grupos de trabajo que aumentaban el rendimiento…


Y claro, el hecho de que el departamento siguiera adelante y no se hundiera, sino que siguiera teniendo buenos ingresos, (incluso algo superiores a cuando estaba Eristof) hicieron que Vladimir llamara a Kevin y lo felicitara por su excelente trabajo.


Kevin se sentía valorado por primera vez después de todo el tiempo que llevaba trabajando en la empresa. Estaba inmensamente agradecido por las felicitaciones y agradecimientos del mismísimo dueño de la empresa. ¿Sabría ya que estaba saliendo con su hija?


Bajando hacia su puesto de trabajo, vio a alguien dentro del despacho de Eristof. ¿Quién era?


Acercándose a la ventana, observó un momento y aunque no escuchaba claramente lo que decía, se notaba que estaba alterado, escribiendo en su Smartphone.


Sin previo aviso, entró en el despacho para averiguar quién era esa persona.
-          Perdone, ¿quién es usted y que…?-comenzó a decir-.
-          ¿Quién soy? Eso es nuevo señor Calver.


Era la primera vez que veía con tan mal aspecto al mismísimo Eristof. No sólo ya no iba con la ropa adecuada que con tanto ahínco le había dicho a él, sino que tenía ojeras y se había dejado la barba.
-          Menuda pinta tiene,-pensó Kevin-.


Dando un paso atrás, comenzó a volver a su puesto de trabajo.
-          Perdona Kevin, ¿te he dado permiso para irte? Y encima después de entrar aquí sin llamar primero.
-          Disculpe señor, pero lleva varios días sin aparecer y con esa vestimenta no pensaba que era usted.
-          ¿Pasa algo con que venga así vestido? ¿Tienes alguna queja?
-          Pues sí. Me quejo de su poca profesionalidad conmigo, de que ha mezclado temas personales con su trabajo. Me quejo de que ha estado sobrecargándome de trabajo sabiendo que no podría con todo y aun así lo hice.


Eristof no podía creer que Kevin se estuviera quejando tan descaradamente delante de él.
-          ¡Soy tu jefe!
-          ¡Eso no le da derecho a tratarme así! Soy un trabajador como otro cualquiera de aquí y no merezco que no me pague las horas extras, que sea casi el único al que le manda los proyectos, que me trate de la forma con la que lo ha hecho…
-          ¡No te voy a tolerar esta subordinación! ¡ESTÁS DESPEDIDO!


En ese mismo momento, la secretaria de Vladimir se dibujó en el marco de la puerta y mandó llamar a Eristof que, con cara de pocos amigos, subió colocándose la chaqueta y la ropa bien. Nada más entrar en el despacho de su jefe, éste dejó de hacer a lo que se dedicaba y se levantó.
-          ¿Me ha mandado llamar señor Kristoff?
-          Sí, y me sorprende que hayas aparecido.


Esa frase hizo que Eristof se sorprendiera y frunciera un poco el ceño mientras que Vladimir se iba acercando a él poco a poco.
-          ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?-dijo Vladimir gritando a pleno pulmón-.
-          ¿Perdone?
-          Le hiciste daño a mi hija tratándola de esa forma y aposté por ti, te defendí frente a ella y me gané que se enfadara conmigo durante un tiempo. Te puse al frente del departamento de programación y no sólo lo has descuidado, sino que has mezclado tus problemas personales con el profesional cargando a Kevin con casi todos los trabajos y él, pese a todo, ha estado al 200% con la empresa y no ha fallado nunca, cosa que no puedo decir contigo. ¿Qué crees que debería hacer con tu situación?


Eristof no podía creerse todo lo que le había dicho Vladimir en un momento.
-          Pero… Usted me… Disculpe señor. Le prometo que no volverá a pasar.
-          Estoy seguro de eso, porque conmigo no va a volver a trabajar.
-          ¿Cómo dice?
-          Queda usted despedido. Cuando salga de aquí pídale el finiquito a mi secretaria y recoja sus cosas.
-          ¡No puede ser!


¿Vladimir lo decía en serio? No podía despedirlo…
-          Pero usted no puede despedirme. ¡Soy el mejor en mi puesto!
-          ¿Qué parte no entiende de que estás despedido? DESPEDIDO. Y hay una cosa que no te puedo negar de lo que has dicho: eres el mejor en tu puesto, si lo que tú haces es el vago.
-          Pero, pero… ¿Quién se va a ocupar ahora del departamento?


Sin hacer ningún gesto, Vladimir contestó categórico.
-          Kevin Calver. Y ahora si me permite, tengo muchas cosas que hacer. Ya sabe dónde está la puerta.


Eristof no podía aguantar la rabia y la ira se apoderó de él. Sin decir nada a nadie bajó al garaje y cogió su Lamborghini con dirección a la casa de Kevin. A cierta distancia pudo verlo salir para recoger el periódico, por lo que aceleró el coche.


Kevin, estando agachado para agarrar el periódico giró la cabeza al escuchar un coche acelerar muy rápidamente. Casi sin tiempo a reaccionar, pudo saltar hacia su derecha pero sin mucha suerte…


El morro del coche golpeó los pies de Kevin que le hicieron girar y que cayera al suelo.


El brazo derecho quedó bajo la rueda delantera izquierda del coche de Eristof, haciendo que se rompiera en varias partes, provocándole un dolor tal que Kevin quedó inconsciente en el suelo.


Unos testigos llamaron a emergencias lo más rápido que pudieron y justo cuando Eristof salió del coche para ver si había matado a Kevin, uno de ellos lo redujo tirándolo al suelo y poniéndole las manos en su espalda.


Pocos minutos más tarde, la policía llegó y detuvo a Eristof mientras que las sirenas de la ambulancia se escuchaban por toda la calle llevando al hospital a Kevin.


Eristof, de rodillas en el suelo miraba su coche mientras pensaba en cómo se había ido a la mierda toda su vida desde que Kevin apareció en ella. Lo odiaba a muerte y lo peor era que su archienemigo sobreviviría mientras él pasaría mucho tiempo a la sombra…


CONTINUARÁ…

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