jueves, 14 de diciembre de 2017

Capítulo 8 de "The Shadow"

CAPÍTULO 8

Kevin no se daba por vencido y permaneció ahí. Si quería que se fuera lo tendría que atender o echar las cortinas, pero para ambas cosas tenía que levantarse.


Los dos se separaban entre beso y beso, se miraban con ojos de pasión y volvían a besarse como locos.


A esto que aparece Paulova y se coloca detrás de Kevin.
-          ¡Hola Kevin! ¿Qué haces ahí?


Volviéndose besó a Paulova en los labios.
-          Así da gusto dar los buenos días jaja,-comentó Kevin-.
-          ¿Qué haces aquí?
-          Intento que Eristof me atienda, pero lleva un buen rato besando a la chica esa.


Paulova miró por la ventana y comenzó a reírse, por lo que se acercó a Kevin para decirle un par de cosas.
-          ¿Te imaginas que sea una prostituta de lujo que está pagando para intentar aparentar que sigue con su vida?
-          No seas mala Pau. Tal vez siga hacia delante jajaja.
-          Pero si se nota a legua que lo hace por fastidiar. Desde que tú y yo salimos aquella vez está más tirante de la cuenta.


Eristof vio el beso que se habían dado Kevin y Paulova y paró de inmediato el beso con aquella chica.
-          ¿Por qué paras? Justo cuando estaba poniéndome a tono…
-          Calla. 


Las carcajadas de ambos se escucharon por toda la sala. Se reían a costa de Eristof y él lo sospechaba, lo que le hacía enfadarse más y más.


Un par de días más tarde y tras un día muy duro de trabajo donde Eristof le había dado mucho más trabajo a Kevin, veía un programa junto a su buen amigo Walcott.
-          Venga hombre, este programa no está mal. ¿Vas a seguir poniendo esa cara?-decía Kevin-.
-          Todo el tiempo que sea necesario.


No tenían los mismos gustos en algunas cosas y sus “discusiones” eran muy poco frecuentes.
-          Oh, es verdad, que ver a un tío en una montaña nevada sólo comiendo gusanos de un zorro muerto me va a servir mucho en la vida,-dijo Walcott-.
-          Oye, que nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.
-          Venga ya hombre, que no me gusta este programa. ¿Qué malo hay con ver el programa del canal 30?


Y antes de poder contestar, llamaron a la puerta.
-          Venga abre Walcott.
-          Ahora seguimos hablando, que esta vez no te sales con la tuya.


Al abrir, se encontró con una preciosa Paulova.
-          ¡Hola! ¿Está Kevin?
-          Ho… hola. Sí, claro. Pasa…


Entrando en la casa, vio a Kevin ensimismado con la tele sin darse cuenta de quién había llamado.
-          ¿Quién era Walcott?
-          Dirás quién soy,-dijo ella-.


Giró la cabeza y sonrió de oreja a oreja mientras se levantaba y le daba un dulce beso.


Walcott se había sentado en el sofá de nuevo y, como no tenían mucha intimidad, ella se acercó al oído de Kevin.
-          ¿Qué te parece si te arreglas y nos vamos a cenar y a bailar por ahí?
-          Me encantaría pero mañana…
-          Lo he arreglado. Mañana tienes el día libre.


Kevin se sorprendió y le preguntó cómo había conseguido eso.
-          Digamos que la secretaria de mi padre me debía un par de favores y le dije que cambiara el cuadrante de horarios…
-          Eres espectacular Pau.
-          Y eso que todavía no sabes lo que soy capaz de hacerte…


Una sonrisa picarona se dibujó en el rostro de ambos tras el comentario de ella. Después de la cena se fueron a bailar por ahí, pero lo que más hicieron fue besarse sin parar, por lo que se fueron rápido de ahí hacia la casa de él que, para su sorpresa, Walcott no estaba. Sin pensarlo mucho, se desvistieron y fueron directamente al dormitorio de él donde se tumbaron en la cama para dar, por primera vez, rienda suelta a su pasión.


Sus cuerpos, calientes de pasión, se entrelazaban, al igual que los besos y sus lenguas. Pellizcos, cosquillas, besos, caricias… Todo eso y mucho más hacían que los dos se encendieran progresivamente.


Las anchas espaldas de Kevin le encantaban a Paulova, a la que se abrazaba, arañaba y acariciaba, dependiendo de las embestidas de Kevin que entrelazaba lo duro y salvaje con lo suave y cariñoso, haciendo un pack que conseguía que ella gimiera de placer, sin poder contenerse.


A la mañana siguiente, Kevin se despertó bien entrado el mediodía. Paulova no estaba, pero le había dejado una nota.
-          Ha sido la mejor noche de mi vida. Espero que volvamos a repetirlo pronto. Besitos.


Walcott se alegraba por ellos y cada vez pasaba menos tiempo en esa casa por dejarle su intimidad a los tortolitos por lo que planeó mudarse y dejarlo solo allí.
-          Quién le iba a decir al tío este que iba a acabar con semejante chica… Menudo cabrón con suerte, pero me alegro muchísimo por él.


Las quedadas fueron cada vez más seguidas y no sólo los fines de semana, sino a almorzar, a cenar, a ir al cine, a dar un paseo… Cualquier plan estaba bien para ellos. Pero lo que se daba por hecho era que terminarían haciendo el amor, íntima y profundamente.


Walcott, mientras tanto, seguía trabajando duramente y había conseguido hablar con el dueño de un piso en ese mismo edificio y parecía que acabaría alquilándolo, pero mientras tanto, ¿dónde dormía cuando Kevin se iba con Paulova?


Paulova cada vez se entregaba más y más a Kevin. Se dejaba llevar completamente por él, confiaba plenamente y… lo quería. Hasta el punto en que un día…
-          Oh Kevin sigue así cariño. Te… te quiero.
-          Oh, Pau, mi niña. Yo también te quiero.
-          Te deseo… Entra en mi interior, no me sueltes. Así…
-          Nunca lo haré mi vida. Te quiero. Oh… 


No pasaba nada porque Walcott también tenía una chica. ¡Sí! Y lo mejor es que nadie lo sabía. ¿Por qué? Sus sentimientos esta vez eran diferentes a como habían sido siempre con las demás y no quería precipitarse antes de contar nada, pero por ahora las cosas iban más que bien.


Sin embargo Eristof estaba peor que nunca. No sólo no le había funcionado el truco de intentar dar celos a Paulova con aquella chica, sino que ahora iba a recoger a Kevin casi todos los días y no podía soportar verlos juntos y, sobre todo, felices.


Intentaba pensar en alguna cosa que hiciera que se separaran, pero no conseguía nada. Quería a toda costa a Paulova, fuera como fuera y no iba a consentir que ese americano de mierda se la llevara.
-          Te vas a enterar Kevin…


CONTINUARÁ…

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