CAPÍTULO 1
- Estoy seguro Walcott. Dentro de poco conseguiremos un trabajo tío.
- Si eso no es lo que me preocupa, sino el sitio donde nos estamos quedando ahora para dormir.
- Sí, vale. Es muy cutre, pero es lo más barato que he encontrado.
- Hombre, es que si nos cobran más es para escupirles en la cara.
Walcott conversaba con su
buen amigo Kevin sobre su situación actual.
-
A ver, si por mí
fuera nos alojaríamos en el Ritz,-comentaba Kevin-, pero mis padres apenas me
dejaron herencia y los tuyos apenas te pueden mandar dinero a ti, así que
estamos casi igual.
-
Bueno, hay que ser
optimista, que seguro que encontramos algo pronto.
Kevin miraba a su amigo
con cara de incredulidad. Walcott no era muy positivo que digamos y cuando
decía eso…
-
¿Qué mosca te ha
picado? ¿Tú siendo positivo?
-
Sí, ¿qué pasa? Yo
también tengo mi parte guay jajajaja.
Ambos comenzaron a reírse
a carcajadas mientras Walcott intentaba explicar el porqué de su contestación
previa.
De repente, Walcott miró
a la puerta y vio entrar unas largas piernas de mujer, un vestido rojo…
-
Tío, tío… ¿Has
visto?-dijo Walcott-.
Los dos chicos miraron
hacia la chica y se quedaron boquiabiertos ante semejante mujer.
-
Está tremenda chaval…
Las pillas al vuelo jajaja,-comentó Kevin-.
-
Kevin, me ofende
que dudes de mi gusto jajaja.
La chica era
impresionante, curvas de infarto muy bien arreglada… Pero algo seria.
El silencio se apoderó
del ambiente entre ambos amigos que siguieron, descaradamente, el paso continuo
de la muchacha.
Walcott la miraba con
ojos de cordero degollado.
-
Kevin, ¿le digo
algo?
-
¿Qué le vas a
decir?
-
No sé, pero voy a
ver si me la ligo.
-
Adelante león, que
tú puedes.
La chica, a su vez, se
sentó en la barra a pedir.
-
¿Me puede poner un
vodka con limón?
Walcott miraba a Kevin,
serio pero nervioso.
-
Uf, venga, voy
para allá.
-
Vamos Walcott, si
te lo piensas más no lo harás. ¡Ve a por ella!
Finalmente se levantó y
dio unos cuantos pasos cuando un hombre fuerte y con paso decidido se acercó a
la chica sin pensarlo.
-
Mierda, ya se me
han adelantado…
La chica notó una
presencia detrás de ella y mirando de reojo vio de quién se trataba.
-
Qué quieres,-dijo
ella en tono cortante-.
-
Ven conmigo.
-
No.
-
He dicho que
vengas…
El coctelero miró a la
chica extrañado.
-
¿Va todo bien
señorita?
-
Sí, no se
preocupe. Mi amigo ya se iba, ¿verdad?
Ella se giró en el
asiento 180º poniéndose de cara hacia a él mientras le decía aquello. Pero él,
no contento con esa frase, la agarró del brazo fuertemente haciendo que la
chica se pusiera en pie.
-
Paulova, no te lo
repetiré más. Te vienes conmigo.
-
Eristof, me haces
daño. Suéltame.
Walcott vio todo desde la
lejanía y no podía soportar que el rubio agarrara tan fuerte a la muchacha.
-
¡Oiga! Deje a la
chica en paz, ¿no la ha oído?
Enseguida, el muchacho
soltó del brazo a la chica y se giró hacia él con aspecto desafiante.
-
¿Te refieres a mí?
-
Sí. ¿O es que
estás sordo?
Eristof no se creía que
aquel muchacho, Walcott, le estuviera diciendo semejante cosa.
-
Mira chaval, te
vas a coger tu patetismo y los dos os vais a ir a dar una vuelta y me vas a
dejar de tocar los cojones, ¿te enteras?
-
No me voy a ir de
aquí hasta no estar seguro de que la chica está en perfectas condiciones.
El muchacho dio un paso
al frente poniéndose cara a cara con Walcott, desafiándolo con la mirada.
Intentando imponer su voluntad pese a lo que el amigo de Kevin decía.
Mientras tanto, Kevin
miraba la escena desde lejos y estaba viendo que algo no iba bien.
-
Tengo que hacer
algo,-dijo mientras se levantaba del asiento-.
Sin previo aviso, Eristof
cerró su puño y comenzó a dirigirlo hacia la cara de Walcott.
Éste, a su vez, estaba
preguntándole a Paulova si estaba bien cuando el puñetazo lo pilló desprevenido
haciendo que cayera al suelo desplomado.
Justo en el momento que
Kevin se levantó, vio cómo aquel chico cargaba un puñetazo contra su buen
amigo.
Al ver cómo Walcott había
caído inconsciente en el suelo, Eristof sonrió satisfecho.
-
Un gilipollas
menos.
Estaba orgulloso de cómo había
actuado. Aquel chico no tenía por qué meterse en sus asuntos y en sus problemas
de pareja junto a Paulova.
Cada segundo que pasaba,
iba enfadando más a Kevin que se había quedado parado en ese momento.
-
Serás hijo de
puta…
Eristof volvió a agarrar
a su novia del brazo y la empujó hacia delante para que saliera del local. Al
pasar por delante de Kevin, le guiñó un ojo soltando una gran sonrisa. Kevin,
por su parte, pudo reconocer al agresor.
-
No me puedo creer
que sea él…
Dejando atrás a Kevin y a
su amigo, empujó hacia delante a Paulova para hacerla entender de que se diera
más prisa mientras pensaba en que conocía a ese chico…
-
Como sea quien
creo que es…
Llevándose a Paulova a
uno de los laterales de la discoteca, la puso contra la pared y se acercó a
ella, poniendo su cara muy cerca, acosándola.
-
¿Por qué hiciste
eso Paulova?
-
¿Después de todo
lo que he visto tienes la osadía de preguntarme? Déjame en paz.
-
Era una sorpresa
cariño. Innovar en nuestra relación, para que no sea siempre todo igual de
monótono.
Eristof estaba realmente
cerca de Paulova mientras ella, cruzada de brazos, miraba hacia otro lado.
-
Que te alejes de
mí, no quiero volver a verte nunca más.
-
No puedes hacer
eso. Estás comprometida conmigo, tu padre…
-
¡Mi padre no está
aquí!-gritó ella cortando a Eristof-. Así que vete de aquí y vete con tu
querida puta.
Dentro de la discoteca,
Kevin cogió a Walcott del suelo e intentaba reanimarlo.
-
Vamos Walcott
despierta tío.
Paulova intentaba zafarse
pero Eristof la sujetaba fuerte para que no se moviera.
-
Quería darte una
sorpresa, ya te lo he dicho.
-
Por eso te
encuentro en la cama follándote a mi amiga, ¿cierto?
-
Ella accedió a
acostarse con nosotros dos y así darle un punto de vista diferente a nuestra
relación.
-
Ah claro, todo muy
normal. Me meto en la cama con mi novio mientras una amiga se lo está follando
a la vez que yo. Eso a la orden del día oye.
Kevin contoneaba a su
amigo despacio para no hacerle mucho daño. Estaba comenzando a desesperarse
mientras veía que los demás de allí no hacían nada más que observar y mirar la
situación.
Eristof estaba realmente
cabreado con Paulova. Sabía que tenía razón y que lo había pillado, pero su
orgullo no permitiría nunca darle la razón.
-
No lo entiendes mi
vida.
-
No me llames mi
vida, ni cariño, ni corazón ni nada. ¡No me llames! Vete a tomar por culo. POR CULO, ¿o te lo deletreo?
Al fin, Walcott comenzaba
a reaccionar y a soltar algunos gemidos de dolor mientras Kevin lo incorporaba
poco a poco.
Unos minutos después y ya
estando Walcott plenamente consciente, se quedó sentado en el suelo intentando
recuperarse.
-
Ve a por él,
Kevin. No puedes dejar que esto se quede así.
-
Pero, Walcott,
necesitas que te vea un médico
-
Tío, que me han
dado un puñetazo nada más. Yo estaré bien. Ahora te pido un favor: Ve a por ese
tío y reviéntale la cara.
Kevin tenía ganas de
ajustarle las tuercas al memo de Eristof. Siempre se las había dado de muy
chulito y luego no era más que un mísero mindundi.
Saliendo con paso
decidido de la discoteca, le preguntó a la portera hacia dónde se había ido la
pareja y ella, no muy amable, se lo indicó.
Cuando se los encontró,
se plantó frente a ellos y gritó a Eristof.
-
¡Eh! Nenaza. ¿Por
qué no te metes con alguien de tu tamaño?
CONTINUARÁ…
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