lunes, 30 de octubre de 2017

Capítulo 31 de "Cero"

CAPÍTULO 31

Naim se levantó temprano esa mañana. No había dicho nada en casa así que Gloria creía que iba a trabajar.


Naim se fue y a la media hora Gloria se levantó, desayunó y cogiendo su coche se fue hasta el concesionario a trabajar.


La lluvia no había parado en toda la noche, por lo que había grandes charcos y en algunos puntos de la ciudad comenzaban a haber problemas. Por culpa de esto, el barco de Scott se retrasó algo más de lo esperado.


Pero cuando llegó, ahí estaba Naim dentro del coche para recogerlo. Pulsó el claxon y Scott corrió hacia el coche y se subió a él.


Scott entró y comenzó a arreglarse un poco el traje, aunque estaba bastante mojado.
-          Gracias por recogerme Naim. Siento la tardanza pero es que con esa maldita lluvia el barco ha ido más lento.
-          No te preocupes. Pese al retraso, ¿cómo ha ido el viaje?
-          Pues ha sido movidito, muchas olas en altamar y me he mareado un poco pero ya se me ha pasado.
-          Me alegro. Entonces vámonos a casa, que no hay nadie.


Naim aparcó el coche y entró en casa junto con Scott. Ambos se sentaron en el sofá y comenzaron a hablar.
-          A ver Scott, ¿qué querías decirme?
-          Es sobre Tim, tú y yo lo conocemos bastante bien.
-          Sí, me comentaste que de la universidad y que le quité la novia, ¿cómo es eso?
-          Simple, ella y tú os fijasteis el uno en el otro, Tim se puso celoso y se peleó contigo.


Naim pensaba en lo que le estaba contando Scott pero no lograba recordar nada de nada.
-          Es que me resulta muy raro el que me haya ocultado todo esto. ¿Estás realmente seguro?
-          Naim, hay fotos y las he traído en el móvil. ¿Te las enseño?
-          Claro, pero a ver, antes cuéntame cómo pasó todo, desde el principio.
-          Es largo que contar pero bueno, allá vamos…


(Ahora el narrador a partir de ahora es Scott.)

Hace 17 años tú y yo entramos en la universidad y nos mudamos a una residencia que había allí. Cogimos unas cuantas maletas y nos fuimos hacia el sitio.


Llegamos bastante desconcertados, ya que no conocíamos a nadie más ni tampoco a quién nos íbamos a encontrar ni nada por el estilo. El sitio parecía estar bastante bien exteriormente y nos quedamos embobados mirándolo desde fuera.


A mí las piernas me temblaban y te miraba a ti y te notaba muy tranquilo, yo flipaba contigo.
-          ¿Entramos?
-          Venga,-contestó Naim-.


Entramos en la residencia y no escuchamos ningún ruido ni vimos tampoco a nadie, así que subimos por el ascensor y entramos en nuestra habitación.


Tú fuiste el que eligió la cama y pusimos nuestra ropa en los cajones y tal, nos relajamos en general y luego decidimos bajar al salón por si había alguien allí.


Allí encontramos que habían más estudiantes y que cada uno iba a su rollo.


Lo más extraño era que había una chica que estaba apartada a los otros dos que jugaban juntos al billar. Nos quedamos mirando sin decir nada; no sabíamos si saludar o quedarnos ahí callados.


Tú eras el que estabas realmente callado. Te miraba y te veía mirando fijamente a la chica que jugaba al billar. Te di un codazo en el brazo para que reaccionaras y en ese momento hablaste.
-          ¡Buenas! Somos nuevos aquí y seremos compañeros de residencia.


La chica te comenzó a mirar también fijamente.
-          Bienvenidos a la residencia.


Tú te acercaste a la mesa de billar y te presentaste.
-          Mi nombre es Naim.
-          Yo me llamo Ashley, encantada de conocerte.
-          Y yo Tim, bienvenido.
-          Igualmente. ¿Puedo jugar?
-          Sí,-dijo Tim-. Aún no hemos empezado.


Yo me acerqué a la otra chica que estaba sola y me presenté.
-          Hola, soy nuevo aquí. Me llamo Scott.
-          Ah hola. Un momento que acabo de empezar una partida al LoL.


Tim comenzó la partida de billar y comenzó a meter las bolas sin parar.


Mientras tanto, vosotros mirabais la partida o más bien tú mirabas la partida y Ashley te miraba a ti…


Tim se dio cuenta y comenzó a mirarte más a ti que a la mesa de billar.


Tim comenzó a golpear la bola más fuerte y se escuchaba el impacto de las bolas por toda la habitación. Parecía que su cabreo iba en aumento.


Yo me puse a jugar y me aislé del mundo, como la otra no me hacía caso y vosotros ibais a lo vuestro…


Unos 10 minutos después, escuché una voz detrás de mí.
-          Perdona Scott. He sido una maleducada contigo.
-          No te preocupes. Siento no levantarme pero estoy en medio de una carrera.
-          No pasa nada. Por cierto, me llamo Bianca.


Y efectivamente, aquella chica feucha detrás de esas gafas de pasta era la que actualmente es mi esposa.


Terminé y ella pidió unirse a una partida conmigo, así que se sentó a mi lado, cogió un mando y nos pusimos a jugar.


Rato después, apareció un par de chicos más que se sentaron junto a nosotros y se pusieron a vernos mientras tú seguías jugando al billar.


Finalmente, Tim y Ashley te ganaron la partida.
-          ¡Bien! Hemos ganado Ashley ¿te has dado cuenta? Te dije que ganaríamos.


Sobre las 12 de la mañana tuvimos que ir a la presentación y tras una breve charla pudimos acercarnos a unos puestos donde había una serie de regalos de bienvenida junto al horario de clases.


El primero que te acercaste fuiste tú y cogiste de todo lo que había.
-          Me parece que voy a necesitar una bolsa para llevarme todo.


Justo después de ti se acercó Ashley y te volviste y la miraste.
-          ¿En qué carrera estás?
-          En Empresariales, ¿y tú?
-          Yo en Educación Física.
-          Ah, qué bien.


Yo me había entretenido un poco más con la charla y cuando entré miré a Bianca que ya había llegado.
-          Venga Scott, sólo quedas tú,-me dijiste-.


Tim pasó a tu lado y ni te miró, solamente se dedicó a mirar su horario, coger un par de regalos y se subió al piso de arriba. Bianca me sonreía simpática.


¿Qué pasó realmente con Tim y Naim en la universidad?

CONTINUARÁ…

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