sábado, 31 de enero de 2015

Capítulo 13 de Manos Blancas

¡Holaaaa! ¿Qué tal lleváis el fin de semana? Pues yo, sintiéndolo mucho, el mío está siendo algo aburrido. Odio estudiar T_T
Pero en un descansito aquí estoy para subir episodio nuevo hoy de Manos Blancas. Así que nada, seguid disfrutando del fin de semana y nos vemos el lunes a ser posible, ya que tengo examen el martes. De todas formas, si no subiera capítulo ya os avisaría por el Facebook. ¡Nos vemos pronto!

CAPÍTULO 13

Sobre las dos de la tarde, el señorito Igashu se despertó al escuchar ruido. Fue hacia el salón y vio que Linda estaba tocando la batería.
-        Buenos días Linda, ¿de dónde ha salido eso?
-        Buenos días, pues del trastero, la tenía ahí guardada pero hoy se me apetecía tocar.
-        Pues para un poco anda, que me duele la cabeza…


Linda siguió tocando.
-        Para una vez que me da por tocar…
-        Si no lo haces mal, pero es que estoy fatal. Todo me retumba.
-        ¿Te acuerdas algo de anoche?
-        Lo último que me acuerdo es que me fumé un porro y me puse a bailar contigo.
-        ¿Ya está? Creí que te acordarías de más…
-        Espera, me he despertado en la cama de matrimonio y la otra parte está deshecha. ¿Tú y yo hemos      follado?
-        No porque sabía que no te ibas a acordar hoy. Pero de la siguiente vez no pasa.


Mitch llegó al salón en ese momento.
-        ¿La próxima vez no pasa el qué?-preguntó el recién llegado.
-        Nada Mitch,-contestó rápido Igashu-. ¿Quieres desayunar?
-        ¿A las dos de la tarde?
-        Bueno, lo que sea.
-        Vale. Por cierto, el festival ha llegado a la ciudad, ¿vamos hoy?


Todos afirmaron y cuando Leo se levantó dijo que sí, por lo que sobre las cinco de la tarde se fueron todos para el festival. Mitch miró fijamente el puesto de besos y no se lo pensó dos veces.


Giró la cabeza y vio que el puesto masculino estaba vacío así que sigilosamente se puso allí.


La lluvia hizo acto de presencia, pero no les importó a Linda, Leo e Igashu que seguían patinando.


Cuando escampó un poco, Linda se quitó los patines, los devolvió y buscó a Mitch, que se lo encontró en el puesto de besos.
-        Pero, ¿tú qué haces aquí?
-        Ya me ves, a ver si alguna me besa.
-        ¿No te han besado todavía?
-        No.
-        Menudo desperdicio.


Linda se acercó a la cara de Mitch y lo besó. Mitch comenzó a emocionarse y cuando iba a meter la lengua Linda se separó.
-        Todavía no guapo.


Igashu se acercó a Mitch al haber visto la escena.
-        Le tienes ganas a Linda, ¿eh?
-        Uff, no sabes tú bien. El día que me la tire podré morir tranquilo.
-        Qué exagerado eres.
-        Yo no, pero la colega que está hablando con Linda lo es un poquito. ¡¿Has visto esas tetas?!
-        Sí tío.
-        Hijo, qué asco de tío eres. Pareces maricón coño.
-        ¿Yo? ¿Por qué?
-        Porque no dices nada. Pareces un puto abuelo.


Linda se había encontrado con una compañera de clase de su infancia y se pusieron a bailar con la música que sonaba.


Más tarde, Leo llamó a Igashu para jugar con él a la herradura.


Leo no era muy bueno que digamos, así que Igashu se mofaba de él.
-        Jajajajajaja, eres más malo que un dolor Leo.
-        Sí, el que ríe el último ríe mejor. Ahora hablaremos cuando sea tu turno.
-        Mira que te picas rápido jajaja.


La luz del sol se estaba yendo poco a poco mientras era el turno de Igashu.
-        A ver cómo se te da ahora a ti. 


Y para colmo de Igashu, si Leo era malo, él lo era todavía más.
-        Esto… Igashu, no es por meter el dedo en la herida, pero yo que tú me dedicaba a tirar flechas con      el arco o algo de eso.
-        Serás cabrón…
-        Jajajajaja, luego el que se pica soy yo jajaja.


Y así siguieron el juego hasta que Igashu se percató de algo.
-        ¡Eh! No vale poner el pie después de la raya, tramposo.



Cuando terminaron el juego, Leo fue a decirle algo a Igashu.
-        Igashu, dile a esta gente que yo me he vuelto a casa, ¿vale? Necesito coger una cosa.
-        ¿Qué vas a coger?
-        Las pastillas, que ayer no me tomé ninguna y hoy estoy hecho mierda.


Leo volvió lo más rápido que pudo y cuando fue a coger el bote, no estaba.
-        Joder, aquí no está.


Leo comenzó a cabrearse por momentos…
-        Como alguno de estos me las haya escondido, se van a enterar.


Fue al dormitorio de matrimonio. Allí tampoco estaba.


En el cuarto de baño, tampoco. Incluso llegó a mirar dentro de la cisterna, y no había rastro.


Mientras estaba buscando no se dio cuenta de que habían llegado los demás hasta que escuchó la batería de Linda.
-        Linda, ¿se puede saber dónde coño están las putas pastillas?
-        Tú sabrás, a mí no me preguntes que yo no me tomo de eso.
-        No me vaciles y dime dónde están.
-        Que no lo sé.


Leo tenía un cabreo monumental y se sentía engañado.
-        ¿Ah sí? Ahora veréis.


Salió de casa dando un portazo y se dirigió a una zona bastante alejada de la ciudad.


Wolf comenzó a ladrar unos 15 minutos después y se puso de pie para mirar por la ventana mientras seguía ladrando. Por ahí venía Leo.


Leo entró por la puerta y dejó todos los botes que había comprado encima de la mesa.


Mitch miró la mesa y luego miró a Leo.
-        ¿Se puede saber qué coño tienes en la cabeza? ¿Cómo has comprado todo eso?
-        Para que no falte.
-        No hombre, eso está claro. Pero, ¿cómo has pagado todas esas pastillas?
-        Me he endeudado hasta las cejas, pero ya lo pagaré.
-        Como no pongas el culo… 


Igashu miraba la escena bastante extrañado.
-        Joder…
-        ¿Te has dado cuenta?-le dijo Mitch en tono bajo-.
-        No sé cómo puede estar así de enganchado. Yo nunca estaré así.
-        Nunca digas nunca Igashu. 


Leo miró ya más relajado a Linda. Se había tomado su pastilla y ya estaba bien.
-        ¿Qué te parece a ti Linda?
-        Que estás mal de la cabeza…
-        Pues mira, os jodéis. ¡¡Qué os den!!


A todo esto, el que mejor vivía era Wolf que dormía plácidamente en la cama de matrimonio.


Leo está bastante enganchado al éxtasis, ¿saldrá de ésta?

CONTINUARÁ…

jueves, 29 de enero de 2015

Capítulo 12 de Manos Blancas

Hello!! ¿Cómo estáis? Mañana ya viernes, así que a coger aire para mañana poder echarlo todo de golpe y descansar, que nos lo merecemos jejeje.

Antes de poneros el capítulo de hoy quería agradeceros a todos los que visitáis el blog, leéis mis historias y las comentáis porque sois vosotros los que hacéis esto posible. Muchísimas gracias, de verdad.

Y ahora capítulo, que ya toca jeje ;) ¡Hasta muy pronto amigos!

CAPÍTULO 12

Igashu entró y se sentó en el sofá para hablar con Leo.
-        Igashu, sé que acabas de llegar y habrá cosas que todavía no te cuadren, pero quiero explicarte            algunas para que no desaparezcas cada vez que veas algo raro. Lo que ha pasado hoy entre Mitch        y Linda no me preocupa.
-        ¿No? Yo por eso me fui, porque no quería pillar la bronca cuando te levantaras.
-        Pero si Linda y yo no estamos saliendo. Somos follamigos, vamos que si ella se folla a Mitch no        me molesta, igual que si yo me follo a otra.


Mientras Leo hablaba, Linda miraba a Igashu y pensaba.
-        Es más mono… Verlo así timidillo y cortado me encanta.


Y Leo continuaba hablando.
-        Tenemos una relación liberal, ¿comprendes?
-        Eso creo… Ya sé que no debo alterarme demasiado si veo algo parecido otra vez.


Mitch sonreía.
-        Igashu, ya te dije que no tenías que preocuparte. Relájate hombre, que no te vamos a cobrar.


Pero la cara de Igashu era un poema. No sabía dónde se había metido exactamente y tampoco se lo podía imaginar.


Después de esa charla, decidieron hacer una fiesta de bienvenida para Igashu, pero el protagonista no tenía ganas de fiesta y se sentó mientras que Linda bailaba con Leo.


Wolf, que andaba por ahí, se acercó a la mesita y comenzó a olisquear unas pastillas que había allí.


Igashu se dio cuenta y las cogió a tiempo sin que Wolf se tragara ninguna.
-        Leo, ¿qué coño son estas pastillas?
-        MDMA.
-        ¿Eh?
-        Éxtasis. ¿Quieres probar?
-        No creo que… sea buena idea.
-        Venga, así te animas un poco. Por una vez no va a pasar nada.


Igashu miró las pastillas, cogió una en la mano y tragando saliva, cogió una de ellas y se la tomó.


Los efectos pronto comenzaron a notarse e Igashu estaba mucho más animado, como si se hubiera tomado 5 bebidas energéticas. Se levantó y se puso a bailar.


En eso que Leo se fue al baño y Linda aprovechó para bailar con Igashu.


Un rato después Mitch salía por la puerta.
-        ¡Eh! ¿Dónde vas?-preguntó Leo-.
-        Ahora vengo.


Y unos 10 minutos después, Mitch vino con una bolsa y sacó tres botellas de Vodka.
-        Este es mi Mitch. Tú sí que sabes.
-        Leo, para ti una, para Linda otra y para Igashu y yo la tercera.
-        Mitch, yo no quiero beber,-dijo Igashu.
-        Bueno, como tú quieras, más para mí.


Mitch se sacó del bolsillo un paquete de tabaco y cogió un cigarro.
-        Ahora un porrillo y estoy listo de papeles. ¿Alguno quiere?


Unas horas más tarde, Mitch dormía la mona en su cama. Entre el alcohol y el porro, se había quedado dormido en seguida.


Igashu cogió uno también y se lo fumó, lo que le hizo comenzar a reírse por todo. Estaba hiperactivo, por culpa de las pastillas obviamente. Se movía por la casa como si fuera un zombi, no era consciente de lo que estaba haciendo.


Linda se bebió la mitad de la botella de Vodka, así que Leo se bebió la suya y la media de ella, por lo que comenzó a marearse, tener arcadas y se sentó en el suelo.


Y en el cuarto de matrimonio estaban durmiendo Igashu y Linda. Pero…


¿Se habrán acostado Linda e Igashu? ¿Qué pasó esa noche exactamente? ¿Se acordará Igashu de algo de lo que hizo?

CONTINUARÁ…

martes, 27 de enero de 2015

Capítulo 11 de Manos Blancas

¡¡Hola!! Me alegra estar aquí con vosotros este día y poder compartir un nuevo capítulo. Hoy he tenido un examen y necesito relax, así que hoy me lo pillo de descanso de todo menos de historia, obviamente jejeje.
Antes de nada, contaros varias cosillas:

-   Lo primero de todo es que estoy preparando una historia nueva que la publicaré dentro de bastante     tiempo aún, pero que este año estará subida, eso os lo puedo asegurar jejeje. Como ya os comenté       un día, la historia que estoy preparando ahora va a ser la segunda parte de una de las historias que       ya tengo subida aquí. ¿Cual de todas creéis que será?

-   La segunda cosa que quiero contaros es sobre el capítulo de hoy. Hay un par de fotos donde sale         algún que otro miembro superior femenino al aire, así que, avisados quedáis. No quiero que os             pille por sorpresa.

Y con eso ya está todo dicho, así que nada, me callo ya y os dejo con el capítulo, ¡hasta pronto!

CAPÍTULO 11

Igashu y Mitch salieron de la habitación y vieron a Leo y Linda acurrucados en el sofá.


Mitch, sin importarle lo más mínimo se acercó y tiró la colilla al cenicero y luego Igashu, con un poco de más vergüenza, hizo lo mismo.


Los dos seguían abrazados y se miraban de vez en cuando. Igashu no quería mirar y desviaba la mirada.


Mitch lo miró y sonrieron juntos.
-        Mitch, ¿estos están siempre así?
-        De vez en cuando, cuando les entra el calentón.
-        Pues yo no quiero estar aquí para verlos montárselo en frente mía.
-        Si quieres salimos a dar una vuelta.


Justo cuando Mitch lo comentó comenzaron a besarse, por lo que Igashu cogió la correa y salió por la puerta con Wolf.


Unos pocos minutos después, llegaron hasta una hamburguesería muy buena.
-        Igashu, aquí hacen unas hamburguesas más buenas… Uf, ya las probarás.


Se sentaron en uno de los bancos y se pusieron a charlar.
-        Me parece súper desagradable que se pongan ahí a liarse delante nuestra.
-        Igashu, tienes que relajarte, no pasa nada. Si se ponen cachondos, pues se besan, toquetean y
     luego pues follarán y punto.
-        Ya, pero a mí no me gusta ver eso.
-        Coño que no, tenemos porno gratis jajaja.
-        Mitch, ¿te han dicho alguna vez que eres un cerdo?


Mitch comenzó a reírse.
-        No es para tanto hombre. Estás más reprimido que una abuela con tres fajas.
-        Nada, que tú eres un baboso y yo no.
-        Pues si ser baboso significa mirar a las tías y tocarme pensando en ellas pues sí.
-        Vale, gracias por los detalles, muy amable.
-        Jajajaja, y bueno si fuera con Linda mejor jaja.


Igashu, para dejar el tema, cortó de raíz.
-        ¿Y el sillón? ¿Cómo lo habéis hecho?
-        Pues como no había donde sentarse, cogimos unas cuantas cajas de la frutería, varias tablas de            madera y un par de colchones.
-        Eso sí que es imaginación.


Igashu estaba hablando sobre el sofá mientras Mitch tenía la cabeza en otra parte.
-        Oye, perdona que te interrumpa, pero se me está ocurriendo una idea. ¿Jugamos a los bolos?
-        ¿Dónde?
-        Aquí al lado, hay una pista.
-        Bueno vale.


Entraron en la bolera y comenzaron con la partida.
-        Oye Mitch, ¿cómo vamos a pagar esto?
-        No te preocupes. Está todo solucionado.
-        No irás a hacer un “sin-pa”, ¿verdad?
-        ¿Sin-pa?
-        Sin pagar.
-        No coño, que aquí me conoce todo el mundo.


Mitch empezó a jugar y era bastante bueno. Iba de pleno en semi-pleno.


Pero Igashu… mejor que se dedicara a otra cosa.


Cuando terminaron la partida, Mitch se encaminó a la hamburguesería y allí pagó la partida de bolos. Al salir, Igashu le preguntó.
-        ¿Cómo has pagado?
-        Con el fondo que tengo de Mohamed.
-        Ah, ¿todavía lo tienes?
-        Claro hombre.


Mientras tanto, Leo y Linda seguían en el sofá enrollándose.
-        Linda, ese piercing tuyo me vuelve loco.
-        ¿Te gusta cómo lo sientes?
-        Mucho y más todavía en otro sitio.
-        Mmmm, vamos a la cama.


Dicho y hecho. Se levantaron de allí y se fueron a la cama.


Al cabo de un rato, cuando ya habían terminado se cambiaron de ropa y Leo se comenzó a quedar dormido.


Linda salió del dormitorio para tomarse algo cuando se encontró con Mitch e Igashu.
-        Joder Linda, qué buena estás.
-        ¡Mitch!-gritó Igashu
-        No importa Igashu. Muchas gracias Mitch.


Linda sonreía orgullosa de tener ese cuerpo que tanto intentaba cuidarse.
-        Es que, las cosas hay que decirlas Linda.
-        Y te lo agradezco mucho Mitch. Yo me voy a ducharme que… esto de hacer ejercicio ya se sabe.

Igashu no sabía dónde meterse.

-        Jajaja, vale guapa, llámame si necesitas que te frote la espalda.
-        Sí anda jajaja. Hasta ahora.


Unos minutos más tarde, Mitch se levantó.
-        Qué ganas de mear tengo. Ahora vuelvo.
-        Ok.


Mitch entró en el baño y se encontró a Linda sin parte de arriba mirándose en el espejo.
-        Chica, menudas vistas.
-        Jajaja.
-        ¿Qué haces?
-        Estoy pensando en hacerme otro tatuaje y me miraba a ver dónde me puede quedar uno bien.


Mitch fue a sacarse los pantalones para orinar pero Linda sin darse cuenta lo interrumpió.
-        Creo que aquí en el costado derecho me podría poner unas letras así árabes, que pueden quedar          muy guapas, ¿qué piensas?
-        Si te dijera lo que estoy pensando ahora…
-        Lo puedo imaginar, viendo que tienes la cremallera desabrochada…
-        Es que iba a mear jaja.


Igashu al poco rato calló en la cuenta de que Linda estaba en el baño y poniendo cara de loco, Igashu se levantó para ir al baño.


Y en ese momento…
-        Tienes unas tetas muy ricas Linda. Y ese tatuaje ahí te queda… Salte, que me parece que en vez          de mear voy a hacer otra cosa, jajaja.
-        Si quieres tocarlas para que después no te sea complicado recordarlas…
-        No me lo digas dos veces,-dijo Mitch rozando el pecho de Linda con las yemas de los dedos-.


Igashu abrió la puerta sin llamar antes y vio la escena de golpe. Seguidamente y sin decir nada cerró la puerta.


Igashu cogió a Wolf y se fue a dar una vuelta y así lo sacaba para que hiciera sus necesidades.


Al cabo de una hora y media, Igashu volvió a casa y se encontró con Leo que estaba de pie.
-        Igashu, estábamos preocupados por si te había pasado algo. Siéntate, tenemos que hablar…


¿Qué es lo que le tendrá que decir Leo a Igashu?

CONTINUARÁ…