domingo, 14 de diciembre de 2014

Capítulo 3 de Manos Blancas

¡Hola a todos y feliz domingo! Es un placer para mí poder deciros que hoy toca capítulo ^_^ Por los comentarios parece que os está gustando mucho esta historia, así que más me alegro yo de que os guste. De verdad, es un placer saber que el trabajo que uno hace es recompensado tan bien como lo hacéis vosotros. De todo corazón, ¡GRACIAS!
Y después de este momento tan ñoño xD os dejo con el siguiente capítulo. Espero que os guste =D

CAPÍTULO 3

Igashu se fue a su habitación como le habían dicho y cuando entró se encontró a Mitch allí.
-        Esa es mi cama Mitch.
-        ¿Y?
-        Que no quiero que estés ahí, tienes muchas otras camas que elegir.
-        Lo mismo te digo.


Igashu no tenía paciencia ninguna con este “agradable” compañero nuevo.
-        ¡Qué te quites de mi cama he dicho!
-        ¡No me da la gana! Quiero esa cama y punto.
-        Vete olvidando de eso que esta noche duermo ahí.
-        ¿Qué te apuestas a que no?
-        ¿Qué te apuestas a que sí?


Mitch desafiaba continuamente a Igashu.
-        Venga Pikachu, date una vuelta.
-        ¡¡QUE NO ME LLAMES PIKACHU!!-dijo Igashu saltando sobre Mitch propinándole un guantazo en la cara.


Mitch no se quedó quieto y también le dio otro a Igashu pero este supo esquivarlo a medias. Al ser tan delgado, sabía moverse muy rápido y a Mitch le costaba pillarlo. Una de las veces se puso detrás de este y con las dos manos guanteó los oídos de Mitch dejándolo sordo unos momentos.


Para terminar, le dio con el codo en la espalda y lo tiró al suelo.
-        ¿Qué te apuestas a que sí duermo en MI cama?
-        Vale, vale, tú ganas…-dijo Mitch con resquemor-.


El nuevo comenzó a sollozar un poco ante la atenta mirada de Igashu que estaba muy serio.
-        Me duele la espalda…
-        ¿Sí? No haber provocado. Te lo tienes merecido.


Andrea entró en la habitación y preguntó el porqué de tanto jaleo.
-        Empezó él,-dijo Igashu-.
-        ¿Fuiste tú Mitch?
-        Sí, yo le provoqué y nos peleamos.
-        ¿Os habéis peleado? Igashu, vete al otro cuarto, estás castigado.


Igashu sin decir ni una sola palabra más se dirigió al cuarto contiguo y se pegó a la pared.


Dos minutos más tarde se abrió la puerta otra vez y entró Mitch, que también estaba castigado.


Igashu comenzó a llorar en silencio.
-        Que sepas que es la primera vez que me castigan desde que estoy aquí.
-        ¿Desde cuándo llevas aquí?
-        Desde que nací prácticamente. Con dos semanas.
-        Ah… pues si te sirve de consuelo, es la primera vez que alguien me ha ganado una pelea.


Igashu se sorprendió mucho.
-        ¿Te has peleado más veces?
-        Sí, con niños de otros orfanatos, con mi padre cuando estaba en casa…
-        ¿Después se fue de casa?
-        Sí, a la cárcel.
-        Ah, lo siento mucho…


De repente, un grito hizo tambalearse las paredes de la Hacienda. Asia acababa de entrar en internet y le saltó la página de broma que había preparado Mitch minutos antes.


Abrió un solo ojo para cerrar la página antes de que la imagen siguiera moviéndose y gritando.


Mientras tanto, Mitch se acercaba a Igashu.
-        El que te tiene que pedir perdón soy yo. Siento haberme comportado así, pero es que odio tener que estar cambiando de orfanato cada 4 meses. Nadie me quiere.
-        No digas eso, encontraremos dos familias que nos cuiden muy bien y viviremos como reyes.


Igashu miró a Mitch que todavía seguía con las manos puestas de tal forma que pedía perdón.
-        Te perdono Mitch, pero antes de comportarte así, conoce a la gente. Podemos ser amigos tú y yo.
-        Espero…


Una hora después, Andrea llegó a la casa con dos chicas más del mismo orfanato de donde venía Mitch.
-        Asia ven, traigo compañía.


La pequeña era Berta, que con dos años, no paraba de corretear y de hablar con esa media lengua.


Y la otra era Ariadna, o como la solían llamar, Ari. Una chica bastante normal y con un carácter tranquilo.


Fueron todos al comedor a cenar mientras que Asia terminaba de preparar la cena.
-        ¡Hola!-dijo Ari-.
-        Hola, bienvenida.
-        Gracias.
-        ¿Ari?-interrumpió Mitch-.


Ari se sorprendió al escuchar la voz de Mitch.
-        ¿A ti también te han traído aquí?
-        Sí, esta tarde. Como no me viniste a despedir…
-        Ya, es que estaba ocupada.
-        Ya, bueno. Habría que verlo.


Berta esperaba en la trona su comida. Quería acercarse a los chicos pero no podía.


Mitch seguía mosqueado con Ari. Había sido su compañera en el otro orfanato y no había sido capaz de despedirse de él ese mismo día.
-        Si no me crees es tu problema.
-        Ari, todos aplaudieron cuando me fui, no me mientas, mentirosa.
-        ¡Yo no miento! Chivato, que eres un chivato.
-        Igashu, es que verás, Ari tenía novio en el otro orfanato y yo se lo dije a las cuidadoras.
-        ¡Sí! Es un chivato de mierda.


Andrea apareció allí.
-        A ver lo que pasa aquí. La cena está casi lista, así que esperaos 5 minutos. 


Andrea entró en la cocina.
-        Chica, los niños tienen ya hambre, ¿vas a tardar mucho?
-        No, no, que he tenido que hacer las salchichas en la sartén y se ha puesto todo manga por hombro.


Unos minutos después, todos cenaban tranquilamente.


Y Berta también se enguarraba comiendo con las manos… Tenía la manía de tirar los cubiertos y comer con las manos.


Ya sobre las 10 y media se fueron a la cama a dormir.
-        Hasta mañana Igashu.
-        Que descanses Mitch.


En la habitación de al lado, Asia metía en la cuna a Berta.
-        Duerme bien princesa. Hasta mañana,-dijo besándola en la frente-.
-        Ta mañana.


Y en la habitación femenina Ari se metía en su cama.
-        Espero que el nuevo colegio esté bien…


Rato después, las cuidadoras hicieron lo mismo.
-        Menudo día el de hoy Andrea…
-        Uf, vamos a tenernos que poner las pilas para que esto ande bien.
-        Sí, así que vamos a descansar que estoy que no puedo más.
-        Sí mejor. Hasta mañana.
-        Hasta mañana guapa.


La antigua Hacienda comenzaba a tener más vida, ¿cómo les irá a Asia y a Andrea a partir de ahora?

CONTINUARÁ…

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