domingo, 5 de octubre de 2014

Capítulo 23 de R.I.F.

¡Hola a todos! ¿Qué tal el fin de semana? Espero que muy bien y que os haya dado tiempo a descansar como os merecéis.
Aquí en AlStorySim no tenemos descanso, así que os dejo un nuevo capítulo de R.I.F. Viene cargado de sopresas. Nos vemos mañana en otro capítulo. ¡Hasta muy pronto!

CAPÍTULO 23

Esa mañana Fernando se había levantado con el pie izquierdo. No estaba de humor tras haber aclarado las cosas con Abbie. Ella quería seguir estando libre y él estaba empezando a sentir algo por ella.


Pero dejando a un lado sus pensamientos, fue a clase y hoy le tocaba práctica con el cuerpo óseo humano.


A la vuelta de las clases, se puso a estudiar junto con Kris, una compañera de residencia. Al día siguiente eran los exámenes y necesitaba aprobar como fuera.


Para relajarse un poco y poder ir asimilando conceptos, decidieron echarse juntos una partida de billar. Kris, la chica, no paraba de mirarlo de arriba para abajo.


Cuando Fernando se adelantó para comenzar la partida y se agachó poniéndose en posición, la chica cambió su cara.
-        ¡Pero qué culito!-pensaba hacia sus adentros-. Menudo bollito hay en mi residencia…


Tras la partida, que ganó por supuesto Fernando, seguramente por práctica cuando vivía con su padre, se fue al cuarto de las máquinas, donde se ejercitaba un poco.


Hacía 3 series de 15 repeticiones cada una. Cada serie le aumentaba varios kilos.
-        Vamos con 45 kilos… 1…2…3…


Tras un par de horas machacando sus músculos, se fue a darse una ducha.


Luego salió fuera para entretenerse con Alison echándose el frisbie. No era muy divertido pero cualquier cosa antes que estudiar seguro.


Aunque mientras lanzaba el disco, iba repasando de memoria el temario que se había aprendido.


Poco a poco iba superando la ruptura de Abbie, aunque no habían tenido nada, pero para él era doloroso.


Antes de acostarse miró la lavadora, no habían hecho la colada y ya no daba tiempo a ponerla y que se secara a tiempo…


Finalmente se acostó temprano para poder estar descansado al día siguiente. No sabía cómo iba a llegar a los exámenes.


Se levantó temprano y como no tenía otra ropa limpia, se puso la misma del día anterior. Se presentó el primero en clase para comenzar el examen, lo que le hizo recordar a Steve, su compañero de clase allí en Nueva York. ¿Qué habría sido de él? Total, que al cabo de dos horas, terminó el examen no solo con un aprobado, sino con matrícula de honor.


Pero no podía relajarse, seguidamente tenía otro examen y tenía que estar concentrado al máximo.


Tras la agobiante mañana, pudo tranquilizarse un poco y comer al ritmo que le diera la gana, era viernes y comenzaba un fin de semana sin estrés por las clases, trabajos o exámenes.


Como no tenía obligaciones, era el momento de hacer una llamada…
-        ¿Diga?
-        ¡Qué alegría me da de oírte! ¿Cómo estás Hugh?
-        ¡Fernando! Cariño, es Fernando. ¿Cómo estás?
-        Muy bien ¿y vosotros?
-        Bien, aunque te echamos mucho de menos. Los alumnos que hay ahora son mucho más revoltosos que vosotros. Hemos vuelto a ser más dictatoriales.
-        Bueno, no os paséis mucho que son unos chavales jajaja.
-        ¿Y tú qué? ¿Cómo sigue tu vida universitaria?
-        Genial, esto es una gozada. Me lo paso en grande con mis compañeros, voy a fiestas… De todo.
-        ¿Y los estudios? ¿Cómo sigues?
-        ¡Todo matrícula!
-        ¿De verdad? Espera, cuéntaselo a Stacy.


Fernando esperó unos momentos hasta que se puso su antigua profesora al teléfono.
-        ¡Hola cariño! ¿Cómo está mi Fernando?
-        Bien, bien jejeje. ¿Y tú cómo estás?
-        Perfectamente. Seguimos igual que siempre.
-        Me alegro mucho por vosotros. Os echo de menos a los dos…
-        Y nosotros a ti. ¡Qué ganas tenemos de verte de nuevo!


A la mañana siguiente se levantó bien entrada la mañana y desayunó unos gofres y con la ropa bien limpita, ya que habían puesto la colada.


Luego se levantó y al ver a Kris, le llamó la atención y fue a por ella. Ahora sí que estaba bien mentalizado para otras cosas que no eran los estudios.


Kris se levantó del escritorio y se puso a hablar con Fernando.
-        ¡Ey guapo! ¿Qué pasa?
-        Pues recién despertado jajaja.
-        Anda, qué bien vives machote. Yo me levanté hace rato.
-        Y muy guapa que te has levantado.
-        Anda, si me llegas a ver recién despertada… Era la reina leona.
-        Qué exagerada eres. ¿Te has visto? Además, la ropa te hace un bonito escote.


La chica se miró y se subió un poco la camiseta.
-        Eres un cerdo. ¡No mires ahí!
-        Jajajaja, anda, mira lo guapa que se pone cuando se enfada…
-        Y tú eres un condenado que está muy guapo cuando sonríe…
-        ¿Sólo cuando sonrío? Jajaja, es broma.
-        Creído.
-        Yo también te quiero Kris.


La chica se acercó un poco más a Fernando.
-        ¿En serioooo? ¿Me quieres?
-        Mmmm, en cierto modo.-        Oooohhh.
-        Pero solo un poco, no te me ilusiones que no quiero hacerte daño… jajaja.


Mientras tanto, Abbie y Alison jugaban a la consola. Era curioso, a la izquierda la antigua, en el centro la de ahora y a la derecha… ¿la siguiente?


Minutos más tarde, Fernando se acercó a ella dispuesto a besarla, pero…
-        Oye Fer, no tan deprisa jeje.
-        Ah… yo pensé que te gustaría.
-        Ya bueno, si seguimos hablando tal vez un día nos besemos.


Fernando puso cara triste.
-        ¿Entonces no me vas a besar?
-        Ay, quita esa cara tonto, jeje, que pareces un crío.
-        Ya… bueno jeje, voy al cuarto un segundo.


Eso de que parecía un crío le había sentado como tres tiros, así que esta tarde-noche se vistió bien y se fue de fiesta a una discoteca.


Se estaba pidiendo la segunda copa cuando apareció Abbie detrás.
-        ¡Hola Fer!
-        Ey Abbie. ¿A mover el esqueleto?


De repente, miró hacia un espejo y vio a una chica rubia, con el pelo hacia un lado y ceñida en un vestido rojo con un cuerpazo. Se levantó y se colocó frente a ella.


La acercó hacia su cuerpo y la besó ardientemente. Al abrazarla, pudo ver que esa chica no era otra que Alison. No estaba vestida de rojo, sino con su misma bata de siempre, pero al verla en esa situación, la vio atractiva.


Así que la abrazó y la chica, sorprendentemente, se dejó hacer. Abbie, mientras tanto no desaprovechó el tiempo y cogió su móvil y les sacó una foto.


Rápidamente y antes de que Fernando abriera los ojos, se metió en una página de internet.
-        Esta para el grupo de WhatsApp de la facultad, jijiji.


Alison, embriagada de la pasión, lo volvió a besar, esta vez con muchas más ganas que antes.


Como quien no quería la cosa, subieron al piso superior y se metieron en el fotomatón para tener… más intimidad, llamémoslo así.


Tras el ratito de… intimidad, ambos salieron y a Alison le llegó un mensaje al móvil.


Al igual que a Fernando, que cogió su móvil y comenzó a leer los comentarios del grupo de la facultad por el WhatsApp.


De repente, una policía llegó porque, según el camarero del local, había jóvenes corriendo sin ropa. Una vez hecha la inspección, se fue.
-        ¡Chicos, no hay moros en la costa!-gritó uno de ellos cuando la policía se había marchado-.


Y efectivamente, los dos universitarios que andaban correteando desnudos volvieron a hacerlo con total libertad.


Sin embargo, de un momento a otro se vio a Abbie saliendo de allí quitándose unas lágrimas de los ojos. ¿Será verdad que después de todo siente algo por Fernando?


Y sin saber nada de esto, ya de noche bailaban juntos Alison, que se había cambiado de ropa, y Fernando. Disfrutaban de la noche que todavía les quedaba por delante…


CONTINUARÁ…

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