martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 14: Precaución

¡Hola a todos queridos amigos! Feliz comienzo de semana, aunque sea martes jeje. Espero que hayáis disfrutado mucho de vuestro fin de semana. Hoy sí voy a subir capítulo, no como la semana pasada que no pude, así que no me entretengo más y aquí os lo dejo. ¡Un saludo a todos y hasta el viernes amigos!

CAPÍTULO 14: PRECAUCIÓN

Carlos, al ver que tardaba, llamó a su jefe y le pidió el día libre, que necesitaba ocuparse de un tema muy importante. El jefe accedió y Carlos se fue de su casa...


Cogió su coche y se plantó en el edificio donde había visto por última vez a los dos juntos. Al entrar, el ascensor seguía estropeado.
Carlos: Cómo no, aquí fastidiando al personal desde tiempos inmemoriales...


Al salir, vio que ya había anochecido. Ese día tenía turno de tarde y enseguida anochecía. Sin embargo, miró hacia su izquierda y vio un pequeño caminito, medio borrado, que no sabía a dónde conducía.
C: Voy a ver a dónde me lleva esto...


Carlos siguió caminando, rodeando el bloque.


Al llegar a la parte trasera, vio unas escaleras de incendios. Y por suerte, todas las plantas tenían una puerta que daba a dichas escaleras.
C: ¡Bien! Podré subir y mirar de una vez por todas.


1ª planta: Nada.
C: Aquí no vive nadie... Qué estropeado está todo. ¿Cuántos años llevará este bloque abandonado?


Al llegar a la segunda planta, vio indicios de vida en ese piso.
C: Aquí vive alguien, pero, ¿y si no son ellos los que viven aquí? ¿Qué hago? ¿Entro o no? Bueno, llamaré a la puerta y si nadie me contesta, entraré.


Carlos se dispuso a llamar a la puerta y se dio cuenta de que estaba entreabierta, por lo que se dispuso a entrar. 
C: ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? Parece que no hay nadie, qué raro. Las luces encendidas, la puerta abierta... Aquí pasa algo.


Carlos entró en el baño y... lo que se encontró no fue plato de buen gusto.
C: ¡Mari! Joder, joder, ¿estás bien?
M: Car... n-no pu-pu...
C: No hables, ahora mismo te llevo al hospital.


Carlos la cogió en brazos y al hacerlo, se dio cuenta de que tenía una raja en el muslo y que estaba sangrando abundantemente. Mari, en el trayecto, se quedó inconsciente.


Rápidamente, ingresaron a Mari en la UCI, (Unidad de Cuidados Intensivos), y la sedaron, la encamillaron y la pusieron en una habitación.


El tiempo pasaba y nadie decía nada. Carlos no podía pasar a la habitación y tenía que quedarse fuera esperando, pero, ¿esperando a qué si nadie soltaba prenda?


Estando sentado, de repente apareció el doctor Sotomayor, el amigo de Oscar, su padre adoptivo y el que atendió a Ricardo.
Doctor: Oh, ¿qué haces aquí Carlos? 


C: Oh, doctor, estoy aquí por María Isabel López. 
D: Ah, la mujer de la habitación 732.
C: Sí, esa misma. ¿Me puede decir qué le pasa? ¿Está bien o no?


D: Si le soy sincero, está muy mal, ha perdido mucha sangre y de aquí a que el banco de sangre nos mande la cantidad que hemos pedido, pueden pasar un par de días y eso para la situación de la chica es crítico.
C: Oh, vaya, si pudiera hacer algo... Lo que fuera.


D: ¿Qué tipo de sangre tiene?
C: Claro, yo seré el donante. Soy 0 negativo y tengo más sangre en mi cuerpo de la necesaria y puedo donar perfectamente.
D: ¿De verdad?


C: Por supuesto doctor. ¿Qué tengo que hacer?
D: Venga conmigo, Carlos. Démonos prisa.


A las dos de la mañana, Carlos había terminado con la extracción de sangre y le recomendaron que se marchara a casa, que descansara y que volviera al día siguiente para comentar la evolución de la paciente.


Pero antes de marcharse a su casa, Carlos tenía un tema pendiente...
C: ¿Paco? Sé que estás aquí. Sal donde yo te pueda ver. Quiero hablar contigo...



CONTINUARÁ...

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